viernes, 10 de junio de 2011

A la comunidad liceana

Estimada Comunidad Liceana

Durante las últimas semanas el Gobierno ha anunciado una serie de cambios en las políticas de Educación sustentados en paneles de expertos conformados por una elite de personas sin ninguna representatividad y lo peor sin considerar para nada a quienes somos parte cada día del sistema educativo, cambios que han generado legítimamente un clima de incertidumbre acerca del futuro de la educación media y superior.
Ante esta situación, el colegio de profesores, el Consejo de Rectores y la confederación de estudiantes de chile, han reaccionado y están llevando a cabo acciones destinadas tanto a contener estas medidas del Gobierno como a hacer ver las carencias de un sistema de educación que está lejos de responder a las necesidades del país. Para nadie es un misterio que nuestro país posee uno de los sistemas de educación general y superior más privatizados del mundo, cuyo costo ha sido progresivamente traspasado a las familias ya sea vía pago directo o vía endeudamiento de largo plazo, lo que provoca que los profesionales de mañana hoy deban hipotecar su futuro.
Quienes impulsan estos cambios afirman que los jóvenes que estudian especialmente en las universidades del Consejo de Rectores son privilegiados dados los apoyos que les entrega el Estado para estudiar, hecho que es presentado por autoridades como injusto e inequitativo. Se trata de un argumento inexacto y falaz que busca justificar el traslado de recursos públicos a manos privadas. Lo cierto es que los estudiantes además de someterse a un riguroso proceso de selección también cuestionable y obtener el cupo para estudiar una carrera a partir de sus propios méritos y esfuerzo provienen, en gran medida, de familias más vulnerables y de clase media que requieren del aporte del Estado.
Desde hace años el colegio de profesores anticipó este escenario y, consecuentemente, ha promovido la defensa de la educación pública, reivindicando la responsabilidad que le cabe al Estado en esta materia.
Por lo mismo, hoy se hace necesario reforzar nuestro compromiso institucional con esta noble causa, lo que nos obliga a convocar a la Comunidad liceana toda a sumarse a un movimiento que interpele no sólo al Gobierno sino a la sociedad chilena en su conjunto, para que las reformas que se lleven a cabo fortalezcan efectivamente el sistema público de educación general y superior y garanticen el acceso de los jóvenes con equidad e igualdad al sistema educacional, evitando el sacrificio al que hoy se ven expuestas las familias chilenas en el deseo de lograr que sus hijos lleguen a ser profesionales valorados en la sociedad y que empobrecen a los trabajadores pero enriquecen sin escrúpulos a los empresarios de la educación.
Nuestro movimiento debe ser enérgico, pacífico e inclusivo de todos los actores. Por eso creo que las ocupaciones forzadas de recintos escolares o universitarios -ó “tomas”- no son la mejor estrategia, ellas excluyen y desmovilizan a directivos, docentes, asistentes y funcionarios y a la mayoría de los estudiantes que se marginan quedándose durmiendo en vez de hacer valer principios con su participación activa y reflexiva. Además, internalizar el conflicto, dañan la imagen de las instituciones y atentan contra la eficacia de la convocatoria que hoy día necesitamos sea poderosa. No es la hora de mesianismos ni voluntarismos osados, sino de la madurez, sabiduría y la convicción de largo plazo.
Por ello, es importante desarrollar actividades para hacer pública nuestra convicción que la educación debe ser garantizada por el estado. Por ello, quiero expresar mi respaldo a la manifestación convocada por el colegio de profesores y la confederación de estudiantes e informarles que daré todas las facilidades que sean del caso para que docentes, estudiantes y funcionarios participen en esta tarea ineludible de defender nuestra educación pública, en el bien entendido que siempre he luchado por ello y por una formación de calidad, sin mezquindad alguna, independiente del rol que cumpla y por el interés superior de nuestra juventud y del país.

Sergio Castillo Gamboa
Director